CANCER CERVOCO UTERINO

Un virus que debería preocupar a las mujeres

TRAS un año y medio de matrimonio, Cristina se sometió a su primer examen ginecológico, que incluía una prueba de Papanicolaou. Su ginecóloga observó algo que la preocupó y le recomendó que se sometiera a un procedimiento denominado colposcopia. La doctora encontró una lesión en el cuello del útero y realizó una biopsia, que consiste en extraer una muestra del tejido dañado para efectuar un diagnóstico.

Cristina recuerda: “Dos semanas más tarde, la doctora nos citó a mi esposo y a mí para darnos los resultados. Nos dijo que la lesión se debía a una infección por el virus del papiloma humano y que se hallaba en estado avanzado. Explicó que corría el riesgo de convertirse en cáncer cervicouterino y que era necesario iniciar el tratamiento de inmediato.

”Al escuchar el diagnóstico, comencé a llorar. Fue un duro golpe tanto para mi esposo como para mí. Se programó un procedimiento de cirugía menor para el día siguiente, y me pasé aquella tarde muy triste y preocupada, preguntándome ‘¿Por qué a mí?’.”

Cristina había leído que su dolencia se debía a un virus de transmisión sexual y no podía entender cómo se había contagiado, pues tanto ella como su esposo han respetado siempre los elevados principios morales de la Biblia.

Una infección común

Lo cierto es que millones de mujeres están infectadas con el virus del papiloma humano (VPH), el causante de la que se considera la enfermedad de transmisión sexual más común que existe. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta infección es el principal factor de riesgo para el desarrollo del cáncer cervicouterino.

Cada año se diagnostican en el mundo cientos de miles de casos de VPH, y anualmente mueren miles de mujeres de cáncer cervicouterino, que es una de las consecuencias de la infección. Por ello, esta se considera una de las principales causas de muerte por cáncer entre las mujeres de los países en desarrollo. En cuanto a frecuencia, el de cérvix ocupa el segundo lugar entre los tipos de cáncer uterino. No es de extrañar que la OMS califique al VPH de “problema de salud pública mundial”. ¿Qué más deberíamos saber sobre este virus?

El virus del papiloma humano es responsable de las verrugas tanto en hombres como en mujeres, incluso de las verrugas genitales, denominadas condilomas acuminados. Estas suelen ser benignas, o sea, no cancerosas. Aunque hay más de un centenar de tipos de VPH, solo algunos resultan carcinógenos. Solo la infección persistente debida a ciertos tipos de VPH puede causar cáncer cervicouterino. Por otra parte, la mayoría de tales infecciones desaparecen de forma espontánea, al ser vencidas por el sistema inmunológico del organismo.

Factores de riesgo

Las mujeres que más riesgo corren son aquellas que inician su actividad sexual muy jóvenes, así como las que mantienen relaciones con muchos hombres o con un hombre que haya tenido numerosas parejas sexuales. A menudo, el varón que transmite la infección a su pareja no manifiesta ningún síntoma aparente.

No obstante, se dan algunos casos de mujeres que contraen la infección a pesar de llevar vidas moralmente limpias o de no haber tenido nunca relaciones sexuales. Por ejemplo, estudios recientes indican que el virus se puede transmitir de madre a hijo en el momento del parto, y que existen otras fuentes de contagio. Además, la enfermedad puede manifestarse incluso muchos años después de haberla contraído.

Cómo determinar si hay infección

Si es usted mujer, quizás se esté preguntando cómo puede saber si está infectada con el VPH. Se trata de una cuestión importante, pues la enfermedad no suele provocar síntomas. Por ello, igual que en el caso de Cristina, mencionado al principio, una medida fundamental es someterse a un examen citológico del cuello del útero, examen que también se conoce como citología o prueba de Papanicolaou.

Para efectuar la prueba, en la clínica se toma una pequeña muestra de las células del cuello del útero con un instrumento para raspar y se envía al laboratorio. El resultado puede revelar si hay infección, inflamación o células anormales. Según los informes, este examen ha reducido las tasas de mortalidad y morbilidad por cáncer cervicouterino.

La OMS asegura que “la detección precoz de las lesiones precancerosas mediante tamizaje citológico ha sido y con toda probabilidad seguirá siendo durante algún tiempo el método principal de control global de la enfermedad”. Si los resultados de esta prueba no son satisfactorios, se efectúa una colposcopia utilizando un aparato que cuenta con una lente de aumento para observar el área afectada. Por este medio se puede determinar si existe alguna lesión. Si la hay, se realiza una biopsia y se inicia el tratamiento.

En la actualidad existen pruebas de laboratorio aún más perfeccionadas que determinan con mucha mayor certeza la presencia de la enfermedad.

Tratamiento y prevención

Existen varios tratamientos que pueden controlar la infección por VPH. Los especialistas emplean tratamientos tópicos, que en algunos casos destruyen las células que contienen el virus, mientras que en otros estimulan el sistema inmunológico. Además, hay técnicas que implican extirpar la zona dañada o infectada mediante electrocirugía, cirugía láser o criocirugía. No obstante, en vez de tener que someterse a un tratamiento, sería mucho mejor evitar la infección. ¿Cómo lograrlo?

Hace un par de años se celebró en la ciudad de México un simposio sobre el tema del cáncer cervicouterino y el VPH en el nuevo milenio. El doctor V. Cecil Wright, conferenciante invitado de Canadá y experto en VPH, aconsejó: “No mantenga relaciones sexuales hasta que se case”. El doctor Alex Ferenczy, catedrático de Patología de la Universidad McGill, de Montreal (Canadá), dijo asimismo: “Para prevenir el cáncer cervicouterino […], se debe fomentar la monogamia mutua”.

Por eso, quienes han vivido de acuerdo con los principios morales de la Biblia tienen menos probabilidades de padecer el tipo de infección por VPH relacionada con el cáncer. Esto se debe a que la Biblia condena las relaciones sexuales fuera del matrimonio, promueve la fidelidad conyugal y exhorta a los cristianos a casarse solo con alguien que siga esos mismos principios (1 Corintios 7:39; Hebreos 13:4).

Sin embargo, la educación es esencial, dado que la infección por VPH generalmente se puede prevenir. Además, incluso si la infección aparece y avanza, es posible tratarla con éxito. De hecho, la OMS reconoce: “Si el cáncer cervicouterino se detecta en una etapa inicial asintomática, casi siempre es curable”.

Aparte de recibir educación moral, es fundamental que las mujeres se informen sobre la enfermedad y comprendan la importancia de someterse regularmente a pruebas como la de Papanicolaou. Si se detecta un problema, la mujer podrá recibir atención médica. Respecto a la actitud adecuada hacia dicha atención, la doctora Montserrat Flores, especialista en colposcopia, señala: “Si una paciente conoce la magnitud de su problema, puede evitar estos dos peligrosos extremos: el primero, restarle la importancia debida a la enfermedad y no seguir el tratamiento, lo que puede llevar a la aparición de un cáncer; y el segundo, caer víctima de la fobia al cáncer y someterse a procedimientos quirúrgicos innecesarios”.

Los científicos siguen buscando métodos más eficaces y económicos de detectar el VPH. Además, se están desarrollando vacunas tanto para prevenir la infección como para tratarla.

Aunque los resultados del último examen de Cristina fueron satisfactorios, todavía se somete a una colposcopia cada seis meses. Después de aprender mucho sobre su enfermedad, ella llega a la siguiente conclusión: “Aunque algunas mujeres seamos portadoras del VPH, podemos hacer mucho para mantenernos sanas”.

[Notas]

Se ha cambiado el nombre.

El cérvix, o cuello uterino, es el conducto inferior y estrecho situado entre la vagina y el útero, o matriz.

La prueba lleva el nombre del médico griego George N. Papanicolaou, que ideó el método de teñir los cultivos celulares para su observación.

Según el Instituto Nacional del Cáncer, de Estados Unidos, estas pruebas deberían comenzar a los 18 años o tras el inicio de la actividad sexual.

Medidas sensatas que las mujeres pueden tomar

Las mujeres deberían someterse regularmente a exámenes citológicos, evitar el tabaco y seguir una dieta saludable, rica en verduras, frutas y cereales. Algunos estudios parecen indicar que el consumo de carotenos, ácido fólico y vitaminas A, C y E puede reducir el riesgo de cáncer cervicouterino.

[Ilustración y recuadro de la página 23]

Un virus mortal

La infección por el virus del papiloma humano (VPH), que se considera la enfermedad de transmisión sexual más común que existe, es una de las principales causas de cáncer cervicouterino en los países en desarrollo. En todo el mundo, ocupa el segundo lugar respecto a frecuencia entre los tipos de cáncer uterino.

[Reconocimiento]

© Science VU/NCI/Visuals Unlimited

El doctor George Papanicolaou, creador del examen citológico que lleva su nombre

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FRUTA ANTICANCERIGENA.

EL ANTI-CANCERÍGENO MÁS PODEROSO DEL PLANETA
LA GUANÁBANA
La Guanábana o la fruta del árbol de Graviola es un producto milagroso para matar las células cancerosas. Es 10,000 veces más potente que la quimioterapia. ¿Por qué no estamos enterados de ello? Porque existen organizaciones interesadas en encontrar una versión sintética, que les permita obtener fabulosas utilidades. Así que de ahora en adelante usted puede ayudar a un amigo que lo necesite, haciéndole saber que le conviene beber jugo de guanábana para prevenir la enfermedad. Su sabor es agradable. Y por supuesto no produce los horribles efectos de la quimioterapia. Y sí tiene la posibilidad de hacerlo, plante un árbol de guanábana en su patio trasero. Todas sus partes son útiles.
La próxima vez que usted quiera beber un jugo, pídalo de guanábana. ¿Cuántas personas mueren mientras este secreto ha estado celosamente guardado para no poner en riegos las utilidades multimillonarias de grandes corporaciones? Como usted bien lo sabe el árbol de guanábana es bajo. No ocupa mucho espacio, Se le conoce con el nombre de Graviola en Brasil, guanábana en Hispanoamérica, y «Soursop» en Inglés.
La fruta es muy grande y su pulpa blanca, dulce, se come directamente o se la emplea normalmente, para elaborar bebidas, sorbetes, dulces etc. El interés de esta planta se debe a sus fuertes efectos anti cancerígenos. Y aunque se le atribuyen muchas más propiedades, lo más interesante de ella es el efecto que produce sobre los tumores .. Esta planta es un remedio de cáncer probado para los cánceres de todos los tipos. Hay quienes afirman que es de gran utilidad en todas las variantes del cáncer.
Se la considera además como un agente anti-microbial de ancho espectro contra las infecciones bacterianas y por hongos; es eficaz contra los parásitos internos y los gusanos, regula la tensión arterial alta y es antidepresiva, combate la tensión y los desórdenes nerviosos.
La fuente de esta información es fascinante: procede de uno de los fabricantes de medicinas más grandes del mundo, quien afirma que después de más de 20 pruebas de laboratorio, realizadas a partir de 1970 los extractos revelaron que: Destruye las células malignas en 12 tipos de cáncer, incluyendo el de colon, de pecho, de próstata, de pulmón y del páncreas…
Los compuestos de este árbol demostraron actuar 10,000 veces mejor retardando el crecimiento de las células de cáncer que el producto Adriamycin, una droga quimioterapéutica, normalmente usada en el mundo.
Y lo que es todavía más asombroso: este tipo de terapia, con el extracto de Graviola, o Guanábana, destruye tan sólo las malignas células del cáncer y no afecta las células sanas.

Instituto de Ciencias de la Salud, L.L.C. 819 N. Charles Street Baltimore, MD 1201

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Cómo sobrellevar el cáncer de piel

JEREMIAH es un australiano de 51 años, de ascendencia irlandesa, pelirrojo y de piel blanca como la leche, característica que algunos llaman “la maldición celta”. “Como casi todos los australianos —dice—, nuestra familia estaba mucho tiempo al aire libre, particularmente durante los fines de semana y las vacaciones de verano. De niño pasaba horas y horas nadando en nuestra piscina o practicando surf y jugando al cricket en las playas de Gold Coast, al sur de Brisbane. Por lo general, lo único que llevaba puesto era un traje de baño.”
Luego añade: “Hasta poco después de que entré en la adolescencia no había protectores solares eficaces. La publicidad fomentaba el uso de aceite de coco para conseguir la imagen australiana del salvavidas de piel bronceada. En aquel entonces prácticamente desconocíamos los efectos dañinos del sol en la piel. Fue solo después de varias quemaduras serias y dolorosas que decidí protegerme y empecé a evitar la exposición excesiva al sol”. Pero el daño ya estaba hecho. “Como consecuencia de todos aquellos años con el pecho y la espalda descubiertos, me salieron muchos lunares, los cuales fueron creciendo y oscureciéndose, particularmente en el pecho.”
Desde entonces, a Jeremiah ya le han extirpado tres melanomas y muchos carcinomas basocelulares. En vista de la situación, ha hecho algunos cambios en su vida: “Todos los días, antes de salir de casa, me aplico un producto hidratante y encima un protector solar. En verano llevo sombrero o gorra casi todos los días desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde”. También va al dermatólogo cada tres meses.
Jeremiah explica lo que le ayuda a sobrellevar su enfermedad: “Jehová Dios me ha dado la profunda convicción de que voy a recuperarme, aunque muchos pensaban que moriría uno de estos años. Hace tan solo veinte años se pensaba que los pacientes con melanoma podrían vivir muy poco, y por eso hay quienes me consideran un muerto andante. Puedo decir que en mí se han hecho realidad estas palabras de David: ‘Jehová mismo [me] sustentará sobre un diván de enfermedad; ciertamente cambiarás toda [mi] cama durante [mi] enfermedad’” (Salmo 41:3).
Maxine, una mujer de piel clara, también lleva años luchando con el cáncer. De joven fue enviada a los trópicos como misionera, primero a la República Dominicana y posteriormente a Puerto Rico. Por veinte años, parte de su labor misional consistió en ir de casa en casa predicando a pleno sol durante gran parte del día. Además, en su tiempo libre le gustaba tomar baños de sol. Pero un día, en 1971, le descubrieron un carcinoma basocelular en el rostro. Recibió radioterapia, se sometió a varias operaciones y posteriormente le hicieron injertos de piel para reparar la zona dañada. Pero las células cancerosas siguieron apareciendo.
Maxine explica: “El problema era que las células cancerosas en muchas ocasiones no se detectaban y seguían proliferando. Ha sido una época larga y de mucha tensión: he pasado unos treinta años yendo a médicos, clínicas y hospitales. Me han hecho por lo menos diez operaciones en la cara, y he ido varias veces a una clínica para recibir otros tipos de tratamiento”. A sus 80 años, Maxine se ha sometido recientemente a la técnica denominada cirugía de Mohs, que ha resultado más eficaz en erradicar las células cancerosas.
En vista de su recurrente cáncer de piel, Maxine ha tenido que hacer algunos cambios en la forma de llevar a cabo su servicio misional: ahora efectúa su ministerio público por las tardes para no exponerse al sol. ¿Qué la ha ayudado a sobrellevar su enfermedad? “En parte, mantener una actitud positiva. Sé que continuarán apareciendo células cancerosas y que tendré que volver al médico, pero estoy conforme. Procuro no compadecerme de mí misma ni quejarme de mis padecimientos. Estos no me roban el gozo de efectuar mi ministerio. Todavía puedo hablar a otras personas del Reino de Jehová. Y tengo la esperanza de recibir dentro de poco una curación permanente en el nuevo mundo. Entonces tendré un rostro joven y perfecto.”
En efecto, los pacientes de cáncer de piel y las víctimas de otras enfermedades pueden esperar el día en que se cumplan estas palabras del libro de Job: “Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil” (Job 33:25). Hasta que llegue ese momento, cuidémonos de los peligros que entraña la exposición excesiva al sol y esforcémonos por proteger nuestra piel.

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CANCER DE PIEL: PELIGRO REAL

¡Proteja su piel!

“La gente desconoce los peligros tan grandes que entraña el sol […] y el daño que puede causar al ADN de las células de la piel. Sus efectos perniciosos son acumulativos y pueden conducir a un cáncer cutáneo, como si de una bomba de tiempo se tratara.”—Doctor Mark Birch-Machin, especialista en cáncer de piel.

LA PIEL es el mayor órgano del cuerpo: mide alrededor de 1,8 [20 pies cuadrados] y 1,6 metros cuadrados [17 pies cuadrados] en el hombre y la mujer promedios, respectivamente. Cuenta con células receptoras que responden al dolor, al tacto y a la temperatura. Constituye la principal defensa del organismo contra el calor, el frío y los traumatismos, así como contra las toxinas, las sustancias químicas y los contaminantes. Impermeabiliza el cuerpo impidiendo que los fluidos penetren o se escapen. Ahora bien, la piel tiene un enemigo potencial: el sol. Pero ¿no es la luz solar esencial para la vida?

Sí que lo es. Las plantas, de las que dependemos para vivir, necesitan la luz del sol para crecer. Además, en pequeñas dosis ayuda a nuestro organismo a sintetizar la vitamina D, la cual metaboliza el calcio y fortalece los huesos. Pero el hecho de que un poco de sol sea bueno no significa que mucho sea mejor. La radiación ultravioleta (UV) del Sol puede ocasionar daños irreversibles en la piel, uno de los cuales es el envejecimiento prematuro.

El libro Saving Your Skin (Proteja su piel) advierte de un peligro aún mayor: “La luz ultravioleta daña el ADN [el material genético que controla las actividades de las células, como por ejemplo su división], causa inmunosupresión y puede activar las sustancias químicas del organismo que estimulan el desencadenamiento de un proceso canceroso”. La palabra cáncer es de por sí alarmante. ¿Es muy frecuente el cáncer de piel? ¿Hay razón para preocuparse?

El cáncer de piel: una epidemia moderna

El Manual Merck dice que el cáncer de piel es el más frecuente de todos. En Estados Unidos, 1 de cada 6 ó 7 personas desarrolla algún tipo de cáncer cutáneo, y la proporción va en aumento. Según afirma el doctor I. William Lane en el libro The Skin Cancer Answer (La solución al cáncer de piel), “se calcula que el 50% de las personas que lleguen a los 65 años desarrollarán algún tipo de cáncer cutáneo”. El melanoma maligno ocasiona en ese país unas siete mil quinientas muertes anuales y, según la Academia Norteamericana de Dermatología, su incidencia está aumentando. Las personas de piel oscura son menos propensas al cáncer de piel, pero también corren peligro.

¿Cómo se ha originado esta epidemia? Entre los muchos factores relevantes están la altitud, la latitud, la nubosidad y el estado de la capa de ozono, pero el principal culpable posiblemente sea la excesiva exposición al sol. Los estilos de vida han cambiado: las vacaciones en la playa y la práctica de deportes al aire libre como el montañismo y el esquí son más accesibles y se han popularizado entre las personas que desempeñan sus ocupaciones bajo techo. Las modas también han cambiado: los largos trajes de baño que por pudor usaban años atrás tanto hombres como mujeres han sido reemplazados por modelos cada vez más reveladores que dejan expuesta al sol una mayor extensión de piel, con el consiguiente aumento en la incidencia de cáncer cutáneo. ¿Será acaso que los beduinos y otros habitantes del desierto —con su indumentaria larga y suelta y la cabeza cubierta— saben algo que nosotros ignoramos?

El cáncer de piel: un peligro muy real

Los tres tipos de cáncer cutáneo más comunes son el carcinoma basocelular, el carcinoma espinocelular y el melanoma maligno. Los primeros dos comienzan en la capa exterior de la piel, que mide tan solo un milímetro de espesor como promedio. Al parecer, estos cánceres no melanoma son consecuencia de la exposición crónica al sol —como sucede en el caso de las personas que trabajan al aire libre— y aparecen casi exclusivamente en las partes del cuerpo que quedan expuestas, como el rostro y las manos. Con frecuencia, dichos carcinomas comienzan como un nódulo o una lesión en la piel que se va agrandando, suele sangrar y no se cura por completo. Luego, la lesión puede extenderse e invadir los tejidos circundantes. Alrededor del setenta y cinco por ciento de los cánceres cutáneos son carcinomas basocelulares. El carcinoma espinocelular, aunque menos común, tiende a producir metástasis, es decir, se va extendiendo a otras partes del organismo. Aunque los cánceres no melanoma son los más curables, el diagnóstico precoz es muy importante, pues si no se tratan, pueden ser mortales.

Los melanomas malignos, que representan solo el 5% de todos los cánceres cutáneos, también empiezan en la capa exterior de la piel. Una de las principales causas del melanoma parece ser la exposición intensa e intermitente al sol, como sucede en el caso de quienes trabajan bajo techo y pasan sus vacaciones al sol. Alrededor del 50% de los melanomas malignos se desarrollan sobre lunares, particularmente en la parte alta de la espalda y la parte baja de las piernas.

Este tipo de cáncer es el más letal, pues si no se trata pronto, puede invadir la dermis —la capa inferior de la piel—, donde se encuentran los vasos sanguíneos y linfáticos, y desde ahí podría metastatizar muy deprisa. El oncólogo Larry Nathanson dice: “Lo paradójico del melanoma es que cuando se trata pronto, por lo general es curable. En cambio, luego de la metástasis es relativamente resistente al tratamiento con fármacos o radiación”. De hecho, solo el 2 ó 3% de los pacientes con melanoma metastatizado viven más de cinco años (véanse los primeros signos de melanoma en el recuadro de la pág. 7).

¿Quiénes corren el riesgo de desarrollar cáncer cutáneo? Además de las personas sometidas a una exposición crónica a los rayos del sol y las que se exponen a ellos de manera intensa e intermitente, están las de piel, ojos y cabellos claros, las que tienen lunares y pecas, y aquellas con antecedentes de cáncer en la familia. El cáncer de piel es mucho menos probable entre los individuos de tez oscura. ¿Significa esto que cuanto más bronceado esté uno, menos peligro corre? No, pues aunque el bronceado es un mecanismo de defensa de la piel contra la radiación ultravioleta, a medida que esta se broncea se va dañando, y cuanto más daños sufre, más aumenta el riesgo de cáncer.

Tratamiento del cáncer de piel

Dependiendo del tipo de tumor, la ubicación, el tamaño y si ya se ha recibido tratamiento antes, el cáncer de piel se puede tratar de varias maneras: extirpación quirúrgica, legrado, electrocoagulación, criocirugía (congelación) y radioterapia. Lo difícil es eliminar todas las células cancerosas. La cirugía de Mohs —técnica quirúrgica efectuada bajo control microscópico— es eficaz para erradicar carcinomas basocelulares y espinocelulares (con una tasa de curación de entre el 95 y el 99%), al tiempo que conserva la máxima cantidad de tejido sano y produce cicatrices menos notables. Pero prescindiendo del método elegido, es posible que haga falta cirugía plástica.

El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, de Estados Unidos, afirma: “Todos los cánceres de piel podrían curarse si se descubrieran y se atendieran antes de extenderse”. De modo que la detección precoz es fundamental. Ahora bien, ¿cómo se puede prevenir este tipo de cáncer?

Hábitos saludables frente al sol

Los hábitos saludables frente al sol deben aprenderse desde la infancia. La Fundación para el Cáncer de Piel (The Skin Cancer Foundation) dice que la mayoría de la gente “recibe […] el 80% de toda la exposición al sol de su vida antes de los 18 años”. Y añade que “una sola quemadura solar con ampollas durante la infancia duplica el riesgo de melanoma en años posteriores”. Esto se debe a que el cáncer de piel puede tardar veinte años o más en desarrollarse (en el recuadro de la pág. 8 aparecen algunas medidas de protección).

Australia tiene una elevada tasa de cáncer de piel, en particular de melanoma. El problema se debe a que la población se compone principalmente de inmigrantes de piel clara que provienen del norte de Europa y que viven, en su mayoría, a lo largo de la costa con sus soleadas playas. Un estudio efectuado entre dichos inmigrantes indicó que cuanto más jóvenes llegaron a Australia, mayor era su riesgo de melanoma. De ahí la necesidad de aprender, desde pequeños, hábitos saludables relacionados con el sol. Una intensa campaña iniciada por el gobierno australiano para educar a la población sobre los peligros del sol insta a los ciudadanos a ponerse una camiseta, aplicarse protector solar y llevar sombrero. Estos sencillos cambios en el estilo de vida están influyendo en la incidencia de melanoma entre las nuevas generaciones.

Tocante a los protectores solares, es bueno utilizar un producto de amplio espectro que filtre tanto los rayos UVA como los UVB. Conviene aplicárselo incluso en los días nublados, pues el 85% de la radiación ultravioleta puede atravesar las nubes. La radiación también puede penetrar en el agua. Ciertos especialistas recomiendan usar productos con un factor de protección solar (FPS) de por lo menos 15. Para hacerse una idea de cuánta protección ofrece este factor, multiplique por quince la cantidad de minutos que normalmente tarda en quemarse. El protector solar debe volverse a aplicar por lo menos cada dos horas, pero tenga presente que con ello no se duplica el tiempo total de protección.

Además, The Skin Cancer Answer advierte que no deberíamos confiarnos demasiado tras aplicarnos protector solar, pues no hay ninguno que sea 100% eficaz contra las quemaduras solares ni tampoco evita necesariamente el cáncer de piel. De hecho, el protector solar puede aumentar de modo indirecto el riesgo si su uso contribuye a que uno pase más tiempo al sol. El citado libro también dice: “No existe sustituto para los hábitos saludables relacionados con el sol. Las armas que se consideran ‘eficaces’ contra el cáncer cutáneo son usar ropa protectora y no salir durante las horas en que los rayos solares son más intensos”.

¿Qué hay de broncearse artificialmente con la ayuda de lámparas y camas solares? Se calcula que tan solo veinte minutos en un salón de bronceado artificial equivalen a cuatro horas de exposición al sol. Antes se pensaba que el bronceado artificial era inocuo porque utilizaba principalmente rayos UVA, los cuales parecía que no producían quemaduras. Pero según The Skin Cancer Answer, “ahora se sabe que los rayos UVA penetran con más profundidad en la piel que los UVB y pueden causar cáncer cutáneo e inmunosupresión”. Un estudio reseñado en la edición internacional del rotativo The Miami Herald descubrió que las mujeres que acudían a los salones de bronceado artificial una vez al mes o más “aumentaban en un 55% su riesgo de desarrollar melanoma”.

Como se ve, es necesario cuidarse del sol. Recuerde que las quemaduras solares que sufra hoy pueden convertirse en cáncer cutáneo dentro de veinte años o más. ¿Cómo luchan algunas personas contra el cáncer, y qué les ayuda a afrontar su situación?

[Notas]

La radiación ultravioleta también puede dañar las células de Langerhans de la epidermis, las cuales desempeñan una importante función inmunológica. “De ahí que algunos científicos crean que un fallo del sistema inmunológico contribuye al desarrollo del cáncer de piel”, dice el libro The Skin Cancer Answer.

De acuerdo con The Cancer Council of New South Wales, “1 de cada 2 australianos desarrollará algún tipo de cáncer de piel durante su vida”. En 1998, la proporción de personas con riesgo de melanoma en la ciudad australiana de Queensland era 1 de cada 15.

[Ilustraciones y recuadro de la página 7]

SIGNOS DE MELANOMA MALIGNO

1. ASIMETRÍA. La mayoría de los melanomas primarios son asimétricos (una mitad no coincide con la otra). Los lunares normales son redondos y simétricos.

2. BORDES IRREGULARES. Los bordes de los melanomas primarios suelen ser irregulares, poco definidos y a veces dentados. Los de los lunares normales son más regulares y lisos.

3. COLOR VARIABLE. Los primeros signos de melanoma suelen ser los varios tonos de marrón o negro que presenta. Después adopta a veces una coloración rojiza, blanca y azul. Los lunares normales son de un mismo tono de marrón.

4. DIÁMETRO. Más grandes que los lunares normales, los melanomas primarios pueden alcanzar un diámetro de unos seis milímetros [1/4 de pulgada].

[Reconocimientos]

Fuente: The Skin Cancer Foundation

Muestras de piel: imágenes por cortesía de The Skin Cancer Foundation, New York, NY, http://www.skincancer.org

[Ilustraciones y recuadro de la página 8]

MEDIDAS DE PROTECCIÓN

1. Limite la exposición al sol, especialmente entre las 10.00 de la mañana y las 4.00 de la tarde, cuando la nociva radiación ultravioleta (UV) es más potente.

2. Hágase un autoexamen de toda la piel, desde la cabeza hasta los pies, por lo menos cada tres meses.

3. Cuando esté al aire libre, utilice un protector solar de amplio espectro con un factor de protección (FPS) mayor de 15. Aplíqueselo generosamente treinta minutos antes de exponerse al sol y repita la operación cada dos horas (a los niños menores de seis meses no se les debe aplicar protector solar).

4. Acostumbre a sus hijos a protegerse del sol desde tierna edad, pues los daños que conducen al cáncer de piel en la vida adulta se originan en la infancia.

5. Lleve pantalones largos, camisas de manga larga, sombreros de ala ancha y gafas de sol con protección ultravioleta.

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